
19 al 25 de Julio
Una imagen holística
Completa y equilibrada, esta relación también hace milagros. Los nacidos en la cúspide Tauro-Géminis están regidos por la tierra y el aire y los representantes de la cúspide Cáncer-Leo por el agua y el fuego, combinación que, en este caso, indica un perfecto equilibrio de los cuatro elementos. Este cuadro holístico es valorado por los nacidos en la cúspide Tauro-Géminis y Cáncer-Leo, dos tipos que por separado tienden a la inestabilidad pero que juntos pueden reunir todos estos elementos. La relación en sí se rige por el aire (pensamientos) y el agua (sentimientos), lo que significa que el plan lógico, en áreas que apelan a las emociones, muchas veces tendrá éxito. La complementariedad es la clave de esta relación; Estos socios son capaces de satisfacer las necesidades de los demás, creando un todo sinérgico mucho mayor que la suma de sus partes.
En las relaciones amorosas, los talentos y las ideas de los nacidos en la cúspide Tauro-Géminis pueden atraer el interés de los representantes de la cúspide Cáncer-Leo, y ésta es una cualidad fundamental para ellos. Los nacidos en la cúspide Tauro-Géminis son capaces de vivir mucha aventura y emoción con sus parejas. La inestabilidad, a veces generada por una infidelidad que puede ser real o imaginaria, siempre será un problema aquí, pero la confianza en sí mismos y un deseo inagotable serán un puntal en los momentos difíciles. El equilibrio básico de la relación suele recuperarse después de cada discusión.
En las relaciones profesionales, familiares y matrimoniales, la unión de la lógica y la emoción produce un tipo de inteligencia emocional que llevará muy lejos a la pareja. Pocas veces la irracionalidad será una tentación que pueda perjudicar la unión, el trabajo o los intereses de esta pareja. El elemento mágico aquí les aporta carisma, para que todo lo que produzcan, incluso los hijos que tengan, les resulte irresistible o, al menos, atractivo.
Las amistades son mas que posibles; de hecho, los buenos sentimientos que probablemente los rodean y el deseo de pasar tiempo juntos a menudo los harán evolucionar hacia una relación de trabajo, un matrimonio o una historia de amor. De ser así, los socios deben estar dispuestos a renunciar a parte de su libertad; más tarde, es posible que se arrepientan de haber llegado tan lejos. A veces, la mejor respuesta para estos amigos es dejarlo así, o incluso retirarse y programar reuniones sólo en ocasiones especiales.
Consejo: Mantenga la individualidad. Los grupos son efectivos hasta cierto punto. No tengas demasiada confianza. Una buena alternativa no debe verse como algo líquido y seguro.
26 de Julio al 2 de Agosto
Marcadas diferencias de temperamento
El patrón de esta relación es la seriedad, tal vez una seriedad sin medida para aquellos nacidos en la cúspide Tauro-Géminis, cuyo espíritu rebelde se ve acentuado por la exagerada arrogancia de los representantes de Leo I, y que estos poderosos socios también pueden rechazar como excentricidad o diletantismo. El nivel de responsabilidad que aquí se enfatiza es a menudo tal que nadie se siente capaz de estar a la altura de ese estándar. Sin embargo, reducir las expectativas no es una tarea sencilla. También existe la necesidad de una fuerte energía dominante, que a menudo debe estar fuera de la relación; en general, uno de los socios no puede incorporarla.
Esta energía puede tomar la forma de un conjunto de leyes, pero será difícil formular algo que ambos socios acepten por igual. Existen muchos problemas de este tipo en las relaciones matrimoniales, laborales y familiares. Para la mayoría de las personas nacidas bajo el reinado de León I, la incertidumbre es insoportable; y pueden estar seguros de todo excepto de sus interacciones con los nacidos en la cúspide Tauro-Géminis, en la que predomina Mercurio y cuyos cambios de humor, deseos y necesidades irritan a Leo I. Si los representantes de Leo I intentan gritar o insistir, los nacidos en la cúspide Tauro-Géminis a menudo se van.
Los dos cónyuges se llevan mejor como personas autónomas en el trabajo, como agentes libres en el matrimonio y como miembros independientes de la familia, pero este tipo de independencia puede debilitar o disolver los vínculos que mantienen unidas esas relaciones, lo cual es una lástima. Para que el matrimonio, los proyectos laborales y las relaciones entre padres e hijos de los representantes de la cúspide Tauro-Géminis y Leo I funcionen, será necesario elaborar concesiones y cumplir acuerdos en cuanto a responsabilidades y reglas. Hasta que esto no se haga, puede reinar el caos. Las amistades aquí son mucho más recomendables y fáciles.
A menudo, las relaciones más exitosas son aquellas entre parejas del mismo sexo, y pueden ser más exitosas si ocurren entre personas nacidas bajo Géminis y Leo de cualquier decanato. La confianza y la honestidad deben sentirse instintivamente, en lugar de imponerse desde afuera hacia adentro. Esta pareja puede liberarse de sus responsabilidades semanal o mensualmente, siempre que no sean demasiado grandes, y, en momentos de dificultad, esta relación siempre abre una puerta y una billetera. Las aventuras amorosas entre los nacidos en la cúspide Tauro-Géminis y en Leo I son raras y poco recomendables, sobre todo por las marcadas diferencias de temperamento.
Consejo: debes ser condescendiente. Renuncia a parte de tu independencia. Estar dispuesto a colaborar. Las reglas son necesarias, pero no olvides divertirte.
3 al 10 de Agosto
¿Quién siente lo que quiere?
Estos dos están sincronizados. La comprensión y la solidaridad son inmediatas y evidentes en esta relación, y los sentimientos son empáticos. Los socios pueden identificarse entre sí en alto grado, sintiendo dolor y placer mutuos. Se produce aquí un mecanismo interesante, muy común en los casos de empatía: si los nacidos bajo Leo II sienten una emoción, como la ira, por ejemplo, pero no la expresan, los representantes de la cúspide Tauro-Géminis pueden irritarse sin saber por qué. asimilando verdaderamente la emoción del otro, como un camaleón. Las emociones son tan reales que la pareja a menudo se engaña a sí misma haciéndoles creer que los sentimientos de la otra persona son los suyos propios.
El amor y el matrimonio pueden ser problemáticos, lo cual no es sorprendente, considerando el nivel de sentimiento involucrado. Los nacidos en la cúspide Tauro-Géminis se rigen por el aire y la tierra, mientras que los representantes de Leo II se rigen por el fuego, pero la relación se rige por el agua, que denota emoción. Esta relación tiende a ser apasionada hasta el punto de incendiarse. Inestabilidad, ira, celos, violencia: aquí puede surgir uno de estos elementos o todos juntos. Aunque existe empatía, las emociones turbulentas y las defensas del ego a menudo impiden que se manifieste en su forma pura.
La empatía es más evidente y constante en las relaciones entre hermanos y amigos, siendo los hermanos en particular más íntimos, casi como gemelos, o tal vez como los hermanos corsos de Alejandro Dumas, que a kilómetros de distancia podían percibir lo que cada uno sentía. Es probable que las amistades sean abiertas y generosas.
Las relaciones profesionales entre ambos pueden resultar muy exitosas. Tanto los nacidos en la cúspide Tauro-Géminis como los representantes de Leo II están dotados de una energía prodigiosa, y si ponen sus energías a trabajar simultáneamente y con un mismo objetivo, mucho se puede lograr. Los nacidos en la cúspide Tauro-Géminis proporcionan el impulso inicial necesario para iniciar un proyecto, mientras que los representantes de León II lo persiguen con decisión y energía. Cuando la pareja está formada por compañeros de trabajo pueden aparecer sentimientos personales y competitivos, pero las situaciones entre jefes y subordinados pueden funcionar muy bien: a pesar del espíritu de rebelión que existe en ambos socios, cada uno puede aceptar al otro como jefe. hay una estructura jerárquica, siempre y cuando los dos se respeten y se admiren.
Consejo: Intenta discriminar los sentimientos. Asume únicamente las responsabilidades que te conciernen. No dejes que tus emociones se salgan de control. Fomente la apertura.
11 al 18 de Agosto
Inteligencia emocional
Reconocer las emociones internas es el tono subyacente de esta relación. Los nacidos en la cúspide Tauro-Géminis y en León III deben buscar comprender y aceptar no sólo los sentimientos propios y ajenos, sino también los de quienes están fuera de esta relación; Además, deberían aprovechar esta comprensión y utilizarla en ocasiones sociales. Este es el mayor desafío de la pareja. La relación sólo puede tener éxito si cada uno de los socios puede comprender plenamente sus sentimientos; La represión emocional sólo conduce a la frustración, la ansiedad y la depresión. Los sentimientos deben manejarse con madurez y paciencia, confianza y comprensión. Estas cualidades no son fáciles de conseguir para los representantes de Tauro-Géminis y Leo III, pero se pueden obtener con esfuerzo. El hecho de que este no sea un objetivo irrealista es una buena señal para esta combinación.
Los nacidos en Tauro-Géminis y Leo III comparten tres problemas: falta de comprensión profunda de sí mismos, poca paciencia y una considerable capacidad de implicación. El amor y el matrimonio entre ambos pueden agravar estas tendencias hasta el punto de crear dudas sobre si la relación durará lo suficiente como para poner en práctica el tan necesario control emocional. Si surge un amor profundo, puede ir acompañado de una voluntad de soportar cualquier esfuerzo que sea necesario.
Las relaciones familiares en esta combinación, especialmente entre padres e hijos, requieren inteligencia emocional. Los nacidos en la cúspide Tauro-Géminis suelen estar ansiosos por complacer y exhiben un ego mal formado; Los representantes de León III tienen un gran ego y pueden ser arrogantes con los demás. Como padres, es probable que Leo III someta o mime a sus hijos nacidos en la cúspide Tauro-Géminis, mientras que los padres Tauro-Géminis pueden estar dominados por el poderoso niño representado por Leo III. En el ámbito profesional, la relación exigirá comprensión.
Si las emociones no se mantienen bajo control, el trabajo no se realizará. No se favorece una implicación emocional profunda, sólo si hay plena conciencia de esta dificultad. Las personas Tauro-Géminis y Leo III que trabajan juntas pueden llevarse bien, especialmente si son colegas o socios, en lugar de jefes y subordinados. Esta relación les permitirá construir progresivamente el respeto a través de la cooperación y alcanzar un sano equilibrio emocional.
Consejo: sigue intentándolo. El resultado merece el esfuerzo. Cuidado con el egoísmo y la impaciencia. Conócete mejor a ti mismo. Resuelva los problemas emocionales.