Tauro III

El período Tauro III toma lo Natural como imagen central. Este período se puede comparar con el momento en que un niño en el rápido proceso de maduración establece relaciones con la sociedad, pero también quiere ser él mismo, sin exigencias sociales indebidas. El inicio de la pubertad supone aceptar los cambios sexuales y tratar de desarrollar una actitud más madura, libre de vergüenza o estigma.

Los días que comprenden el período Tauro III revelan una enorme liberación de energía que acompaña al final de la infancia. Estos cambios no son sólo físicos, sino que también ocurren en la fantasía y en el mundo inconsciente. La atracción, la inhibición y el desinhibición, la desinhibición, la rebelión, la picardía y la puesta en práctica de deseos inconscientes son parte de su actividad. Decir adiós a la infancia puede ser realmente un proceso difícil y muchos niños sienten la necesidad de retirarse cuando su desarrollo natural y sus deseos los arrojan tan abruptamente al mundo. En el período Tauro III, la naturaleza normalmente más estática de Tauro se vuelve cada vez más dinámica, incluso impulsiva, anticipando la energía del siguiente signo, Géminis.

Los nacidos bajo Tauro III son muy sensibles y necesitan la libertad de expresarse de la manera más directa y natural que deseen. No reaccionan bien cuando otros intentan corregir, reformar o cambiar sus hábitos básicos. Estos individuos espontáneos, divertidos y cómicos insisten en ser ellos mismos: de hecho, parece que no les queda otra opción. Sin embargo, la sociedad puede presionar a los individuos para que se ajusten y, como resultado, los nacidos bajo Tauro III pueden encontrar serias frustraciones y obstáculos a medida que crecen. El resultado suele ser un comportamiento nervioso y neurótico y, en casos más extremos, depresión y sentimientos reprimidos.

El niño Tauro III, como muchos adultos de este período, es generalmente amante de la diversión e imaginativo, lleno de pensamientos fantásticos y comportamientos coloridos. Los nacidos bajo Tauro III se han sentido atraídos por el mundo natural toda su vida, en parte por la libertad que representa. En la infancia, pueden surgir problemas con los padres, hermanos y familiares o profesores si no se solidarizan con su comportamiento «genial» y tratan de corregirlo. Los nacidos en la Semana Natural a menudo carecen de la fuerza para resistir las duras críticas y pueden resultar profundamente heridos por la falta de comprensión de sus seres queridos. Sin embargo, a largo plazo, también pueden beneficiarse de cierta resistencia a ellos, volviéndose más fuertes y más capaces de hacer frente a un entorno hostil y crítico. Los Tauro II salen temprano de casa y siguen su propio camino, e incluso aquellos que parecen dóciles y contentos a menudo anhelan en secreto el momento en que puedan ejercer su independencia. A medida que crecen, la mayoría de los Tauro III logran encontrar amigos que les agradan y rara vez llevan pensamientos dolorosos o vengativos sobre las adversidades de la niñez hasta la edad adulta. Sin embargo, es posible que conserven algunas cicatrices de luchas infantiles que, si se reprimen, pueden provocar depresión o arrebatos emocionales repentinos y desconcertantes.

Es difícil para los nacidos durante este período comportarse de una manera que no llame la atención. Anhelan acción y emoción y, a menudo, no pueden mantener opiniones firmes sobre los demás y pueden meterse en problemas fácilmente. Los nacidos bajo Tauro III pueden ser muy volátiles emocionalmente y aburrirse fácilmente, cualidades que invariablemente conducen a muchos cambios de amigos, amantes y lugares en general. Una eterna fascinación por los aspectos excéntricos e inusuales de la vida siempre amenaza con ahuyentarlos.